Todos tenemos este virus interno.

Maxwell Maltz fue un cirujano plástico estadounidense y autor de Psicocibernética, un libro increíble sobre la autoimagen y cómo nuestra autoimagen se correlaciona directamente con una vida de realización y éxito (...o no).

Un año después de cada procedimiento cosmético, el Dr. Maltz se reunía con los pacientes para ver qué tan satisfechos estaban. Y lo que encontró fue impactante.

La mayoría de sus pacientes todavía sufrían con baja autoestima, no porque el Dr. Maltz hiciera un mal trabajo, sino porque sus luchas internas nunca fueron abordadas. Su procedimiento cosmético solo cambió su apariencia externa, pero nunca reparó el virus interno de baja autoestima.

Es posible que haya cambiado la forma en que se veían por fuera, y tal vez eso aumentó su estima temporalmente, pero muy pronto, las creencias tóxicas sobre su valor y su falso sentido de bajo valor, volvieron a la superficie.

Es lo mismo con nuestras acciones. Todos tenemos un virus interno que impulsa nuestras acciones.

Muchas veces, tratamos de cambiar nuestro comportamiento (una parte externa de nosotros) para lograr un objetivo, pero debido a que nuestras luchas internas y creencias limitantes no se han abordado, este cambio de comportamiento no funciona demasiado bien para nosotros.

Piensa en una dieta, te aventuraste a comenzarla, pero al tercer o cuarto día te rendiste y regresaste a tus viejos hábitos alimenticios.

No fallaste porque no sabías cómo seguir la dieta. Las dietas son bastante sencillas. Probablemente sabías los pasos exactos necesarios para alcanzar tu objetivo, pero tu mente no estaba en el lugar correcto, y se mostró a través de tu comportamiento.

Solo vemos un cambio de comportamiento constante cuando se han abordado las "cosas" internas.

Una vez que nos damos cuenta de que el virus interno se hace cargo de nuestros pensamientos y acciones, podemos reprogramar intencionalmente nuestro pensamiento y avanzar para vivir la vida que siempre hemos querido.

El primer paso es la conciencia: ver dentro de tu propia mente esos pensamientos de limitación que te han estado frenando.

Hoy te animo a preguntarte: ¿Qué luchas internas necesito superar, antes de aventurarme en ese viaje que deseo seguir?

Puede que no parezca fácil, pero es posible. Y como he podido romper mis creencias limitantes y ver resultados que cambian la vida, ¡sé que tú también podrás hacerlo!

¡No te rindas!

¡Creo en ti y creo en tu sueño!